lunes, 7 de octubre de 2013

A DOS CARAS 

CUÁL ES TU MÁSCARA

¡En esta sociedad lo normal no tiene nada que ver con lo natural!

La sociedad se ha convertido en un gran teatro. Hemos sido educados para comportarnos y actuar para ser aceptados, en vez de mostrarnos auténticos, honestos y libres (siendo coherentes con lo que en realidad somos y sentimos). Solemos llevar una máscara puesta y con ella interpretamos a un personaje que es del agrado de los demás. El vivir bajo una careta nos permite sentirnos más cómodos y seguros, pero con el tiempo conlleva un precio muy alto: nos olvidamos de quiénes éramos antes de ponérnosla.
Nuestra sociedad ha triunfado el denominado "pensamiento único", así creemos que lo que la sociedad considera "normal" es lo "bueno" y lo "correcto" para cada uno de nosotros, por más que vaya en contra de nuestra verdadera naturaleza.
A pesar de lo mal que ésto nos hace sentir, solemos anteponer el "cómo nos ven" al "cómo nos sentimos". Tanto es así que para muchos la pregunta de cortesía "¿cómo estás?" supone todo un incordio. La mayoría nos limitamos a contestar mecánicamente: "Bien, gracias";  la utilizamos para fingir que nos estamos comunicando, cuando en realidad lo único que estamos haciendo es llenar con palabras un posible silencio incómodo.

En este contexto social, hay personas que ocultan sus miserias y frustraciones tras una fachada artificial que agrade e  impresione a los demás. La paradoja es que cuanto más intentamos aparentar y deslumbrar, más revelamos nuestras carencias, inseguridades y complejos ocultos. Si lo pensamos detenidamente, el ser respetable, popular, etc….no son más que capas con las que ocultar la desnudez que sentimos cuando no nos valoramos por lo que realmente somos.

¿Qué más da lo que piense la gente?. Los demás sólo son espejos en quienes reflejarnos, y nos muestran lo que tenemos y lo que nos falta;  realmente vemos a los demás como somos nosotros. De ahí que lo que opinen tiene la importancia que nosotros le queramos dar.
No importa quiénes seamos, qué decisiones tomemos o cómo nos comportemos. Hagamos lo que hagamos con nuestra vida, siempre tendremos admiradores, detractores y gente a quien resultemos indiferentes.

Para tener una sana relación con nosotros mismos, lo único que necesitamos es modificar la manera en la que nos comunicamos con nosotros a través de nuestros pensamientos. Solo así podremos aceptarnos, respetarnos y amarnos por el ser humano que somos, con nuestras cualidades, virtudes, defectos y debilidades. Lo demás son comentarios, ruido que hace la gente para no escuchar su propio vacío. Lo que está en juego es nuestra libertad para ser "auténticos"; convertirnos en quienes verdaderamente somos, siguiendo los dictados de nuestra propia voz interior.

HOY DIA SER UNO MISMO ES UN ACTO REVOLUCIONARIO (Anónimo)

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